Empecemos aclarando que el feminismo no busca ser superior al hombre, busca el mismo respeto. Es un movimiento social donde participan hombres y mujeres que buscan erradicar la discriminación basada en el sexo.
Aquí no queremos comparaciones, pues ya las sabemos gracias a las noticias y las redes que nos las recuerdan a diario.
Aquí agradecemos y reconocemos.
Hoy, como todos los días, agradezco a las mujeres por el poder que tenemos. Que a pesar de vivir en un mundo donde muchas cosas se nos dificultan, empujamos y perseveramos. A pesar de los estereotipos sociales y las diferencias profesionales, seguimos. Somos inteligentes, divertidas, fuertes, emprendedoras, independientes, sociales y libres. Sin que el mundo lo haya reconocido antes, somos el 50% de la razón de que la existencia sigue y aun así las diferencias insultantes dominan.
Hoy escribo para aplaudirle a las mujeres del pasado, que convirtieron el dolor de ser objetivadas y calladas, en fuerza para la lucha por la equidad. Le aplaudo a todas las mujeres presentes hoy que apoyan a las demás mujeres y que tienen el corazón lleno de lumbre, preparadas para quemar y convertir en cenizas todos los prejuicios, categorías y golpes recibidos por haber nacido mujeres.
No es posible que porque alguien sea mujer automáticamente tiene desventaja en áreas importantes de la vida.
Como mujer, reconozco que hay diferencias. Les quiero recordar que no importa eso, que nosotras podemos seguir nuestro camino e irnos rodeando de personas que nos apoyan, sin bromas machistas y sin opiniones denigrantes. Entiendo el dolor y el enojo, porque yo misma he vivido humillación por ser mujer, falta de importancia por ser mujer y miedo en las calles por ser mujer. Injusticia sin razón. Aun así, dense cuenta de que seguimos, ¡qué poderoso eso!
Nuestro poder real sale al concientizar. ¿Y como concientizamos? No dejándonos. Dejarnos es enloquecer y soltar odio, hacer a los demás chiquitos para hacernos grandes. Mejor, educar y esmerar. Informar, aclarar preguntas, dejar que cuestionen y ayudar a entender el porqué, apoyándonos, seamos quien seamos, compartiendo las realidades y las razones. El poder se reconoce sin tener que gritarlo violentamente al mundo; Defendiéndonos y dándonos nuestro lugar.
Le aplaudo a los hombres que nos aplauden, porque el apoyo entre la humanidad es más importante que tan solo de un mismo género. Le aplaudo a los hombres que alzan la voz por nosotras y que buscan la paz. La paz entre hermanos y hermanas.
Les recuerdo que todos somos uno. Tú como yo y yo como tú. Merecedores de vida y de equidad.
Feliz día internacional de la mujer.
Xoxo, Stella.
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