Sabes cuando lo tienes todo, pero no es tuyo.
Es tuyo porque te lo comparten.
Y sientes que lo tienes que tener todo, aunque todavía no es tuyo.
Lo que sí es que sabes que lo vas a tener.
Bueno, ahí es donde estoy yo. No sé si es donde estés tú.
Hace tiempo no escribo por razones que no logro terminar de encontrar. Han sido meses de ideas, de hacer cosas, de no hacer cosas, de encontrarme conmigo y de perderme en mí también. Hoy que escribo, creo que es una gran señal. No significa que la pase mal, simplemente significa algo, y eso significa mucho.
Regresando al punto de tener todo y nada que sea mío o de nadie, creo que va un poco más allá. Temas de libertad, de compromisos o tiempos, de disponibilidad, etc. Va más por ahí. A mi joven edad, llega el momento de decidir, o mínimo empezar, el camino profesional que creemos que nos va a llevar a nuestras metas futuras. Y creámoslo o no, nuestro camino profesional es casi igual de importante que el personal. Pues las oportunidades que crea el camino profesional y las personas que te trae, terminan siendo de alguna manera u otra parte de tu vida personal.
A veces pasa que lo tienes todo, y tenerlo todo, no significa que dejas de tenerlo todo cuando dejas de tener uno de los elementos que construyen ese todo.
Es difícil ser alguien como yo, pero de la mejor forma posible. Buscando el camino propio, que cada uno de nosotros decide tomar, vas encontrando partes de tu identidad. Se supone que logras encontrar tu identidad, pero yo creo que eso pasa cuando se acaba la vida. No la vamos a encontrar buscándola, sino que se va construyendo sola mientras vamos viviendo.
Decía que es difícil ser alguien como yo, porque tenemos más amor por nosotros mismos, y nuestros gustos, por vivir momentos inolvidables e invertir en nuestra felicidad, antes que las demás cosas. Sentarnos y aceptar la realidad que se supone que es mejor para nosotros, según las reglas de la vida cotidiana, no es algo que una persona libre de corazón puede hacer fácilmente. Lo bueno es que no es fácil, pero se puede, eso sí. Termina siendo conformismo, aunque dudo que ese sea mi caso.
Me gusta compartir mis pensamientos porque sé que por ahí hay algunos que pensarán igual, o que pensaban igual, y luego se conformaron.
Se van las cosas.
Sean buenas o malas.
Y vienen cosas.
Sean buenas y malas.
Y luego lo tienes todo.
Y luego no lo tienes todo.
Pero es la vida.
Xoxo, Stella.